Respiración Consciente
“Toma diez respiraciones profundas sin generar ningún pensamiento, si un pensamiento surge vuelve a empezar de cero”. Cuántos somos capaces de hacerlo? Cuánto tiempo nos puede tomar enfocarnos solo en la respiración? Cuántas veces lo vas a intentar hasta lograrlo?
La meditación para mi ha sido un camino sin destino. Las primeras veces que aprendí a meditar fue en la universidad, en una clase de autoconocimiento, como me enseño mi maestro Renaud: -si te mueves sales de la clase… jaja así practicábamos para un examen final de meditación de una hora en completa quietud. Recuerdo que alguna vez si me sacó de la clase porque me acosté :( ya no me daba la espalda jaja pienso que realmente fue la única forma, de en ese entonces, enseñarme a meditar. Siento que algo de esa enseñanza si me quedó resonando, sabía que era capaz de sentarme a meditar con mi monkey mind.
Quise replicar varias veces en mi vida esa meditación en completa quietud, larga, profunda y no lo lograba, así que así de forma natural surgió en mí una nueva enseñanza: la compasión por mi camino. Aprendí a aceptar lo que era, si podía meditar 10 minutos estaba bien, si lograba acostarme y meditar 30 minutos también estaba bien, si necesitaba poner una meditación guiada también estaba bien, aprendí a ser compasiva conmigo y con mi proceso, incluso en una práctica que muchas veces no fue, ni es constante. A veces, me abruma mucho la ansiedad, por conseguir una práctica perfecta en cuanto a mis hábitos saludables/espirituales; luego recuerdo que no hay práctica perfecta y que siempre puedo volver a empezar.
Con esta intención te quiero compartir, lo que para mí es y representa una respiración consciente. Después de todas las expectativas que nos creamos de nosotros mismos y de las situaciones que vivimos, y de muchas veces entrar en sufrimiento porque obviamente esas expectativas no llegan a cumplirse, lo único que me ha dado calma es mi respiración, no ha habido mayor cura, terapia, medicina más efectiva que no haya sido mi propia respiración. La respiración para mi se ha convertido en un espacio seguro donde puedo estar conmigo y acompañarme, desde la calma y también desde la agitación de mis pensamientos, desde el dolor y desde la dicha de habitarme. Cada inhalación que tomo desde la consciencia me recuerda todas las posibilidades que tengo en el camino, todo lo que puede salir maravillosamente bien, y cada exhalación que tomo me permite de forma mágica ir a mi corazón y saber que no hay nada que no pueda sostener, o que sea demasiado para mi alma, me conecta con mi fuerza y con mi poder, y sé que todo lo que no soy se despoja amorosamente de mi campo.
Sé que la vida moderna nos ha influenciado a alejarnos cada vez más de los espacios sencillos y modestos, alejarnos de lo que no nos hace sentir extaciados, nos influencia a cuando estamos aburridos acudir inmediatamente a algo exterior que nos llene de forma momentánea. Mi intención no es decirte que esta bien o que esta mal, sino simplemente recordarnos que “menos es más”. Recordarnos lo valioso que es estar en nuestra propia compañía, sin hacer nada, sostener el silencio y observar la respiración. 🧘 Lo que puedo asegurarte es que cada vez se hace más cómodo.
Observa tu respiración con todos tus sentidos. Y abre camino a tu mundo interno, permítete explorar tus emociones en completud. Se dice que en la meditación uno se sienta con todas las sensaciones que surjan y es nuestro deber cuidarlas cuando aparecen en nuestro cuerpo y mente. Debemos aprender a confiar en que la respiración consciente puede darnos estabilidad para acompañar todo dolor corporal y emocional.
“Al tomar refugio en la respiración dejamos que las sensaciones aparezcan, se queden un tiempo, evolucionen y se vayan. No las negamos, ni tratamos de cambiarlas”. - TNH. Así, estando presentes y conscientes podemos de forma amable y amorosa conocer que nos quieren decir esas sensaciones y podemos ir a la raíz de lo que nos pasa, entramos en la capacidad de saber qué hacer y cómo reaccionar. Y para mi algo mágico pasa en ese camino, aprendemos a abrazarnos, a ser compasivos en nuestra propia experiencia y así con quiénes nos rodean…
Que sean tiempos de reencontrarnos con el poder de la respiración.
Con amor,
Pam